21/3/08

Montaña Rusa

Encontrarse apremiado por las cosas de la vida misma, es como estar en una montaña rusa bien de Busch Garden, al mejor estilo Kumba o Montu… el que tuvo la oportunidad de ir, sabe del vértigo del cual hablo.

A veces sentimos que no vamos a resistir la bajada y que el pecho se nos va a perforar de las palpitaciones. A veces la cuesta arriba nos permite disfrutar del sol y el aire en la inmensidad.

Pero que sucede cuando las vueltas son tan grandes, aceleradas, que no podemos ni pensar, ni descubrir como nos sentimos?. En ese instante surge esa sensación de: “yo me bajo sin importar nada!!”, aunque bajarse en realidad sería la muerte misma, pero esa es la sensación.

Eso sucede con lo cotidiano cuando estamos saturados de “megalombos”. Sentimos esas ganas de gritar “me quiero bajaaaaar”, sólo por dejar de sentir esa opresión que sentimos, pero sin estar seguros de “de qué nos queremos bajar?”, “por qué nos queremos bajar?”.

Un amigo me dijo, en esas conversaciones de “Nos ponemos al día”: Bajarte es un instinto de supervivencia aunque eso no te lleve exactamente a sobrevivir.

Y me dejo pensando… tal vez como en la montaña rusa, llega un momento en que todo vuelve a la calma, así que:

Disfrutar de cada parte del viaje y a sentirse vivo mi amigo!

1 comentario:

Lorena Frost dijo...

Probablemente nos queremos bajar por miedo a ver que no pasa nada. Que no era tan grave y que el paseo valió la pena. Nos quremos bajar porque no toleramos a veces, pensarnos felices de una vez por todas.