Todos los días tenemos la oportunidad de que nos
toquen el alma o podemos cerrarnos y jamas aprender de ese instante.
Todos los días nos exponemos a que
nuestra emoción se modifique y fluya o se adormezca la capacidad de amar.
La
cobardía de aquel que se esconde al sentir con la pobre excusa de no sufrir, solo rechaza la esencia misma del ser humano.
Cada persona que dejamos que nos importe, puede significar una perdida a futuro, pero el valor del
tiempo vivido es lo que le da significado a nuestra propia existencia.
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