7/6/09
Mi otoño
Me declaro observadora y analítica, de todo.
Encuentro analogías entre las cosas que me rodean y mi propia vida así como de todo lo que me suele inquietar. Disfruto observando la vida allá afuera, encontrando respuestas o más preguntas acá adentro.
Hoy me detuve en un árbol que hay en la vereda de mi casa. Sus ramas están desnudas, porque en su naturaleza durante el otoño se desviste, se desprende y junta más fuerzas para soportar el invierno hasta la primavera en donde comienza otra vez a formar su copa con grandes, verdes y fuertes hojas.
El árbol se adapta, muta para sobrevivir. En sus posibilidades, elige la alternativa que aunque puede parecer dolorosa al resto, es la posibilidad para el.
Cuantas veces en la vida tomamos decisiones dolorosa a los ojos ajenos, y a los nuestros propios, pero sabiendo es la posibilidad a sobrevivir?
Cuantas veces tenemos que deshacernos de esas cosas que tanto amamos para resurgir aún más fuertes?
No nos resulta tan fácil como al árbol de la vereda de casa que nació sabiendo el sacrificio que haría estación a estación, pero encontramos la recompensa a la larga o a la corta cuando más allá del sacrificio, hacemos lo que tenemos que hacer.
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