9/4/09
Ser
Mirarnos a los ojos es abrir las puertas del mundo de las personas que se miran. Es desnudar el alma, es dejarnos ver en esencia mas allá de lo que nuestros ojos nos dejan ver. Es comprometerse a dar y recibir en un instante. Es mirarnos en unos ojos que no son nuestros.
Pero el dolor, el rencor, los enojos, no nos dejan mirar ... y cuando dejamos de mirar y solo vemos, ya no nos involucramos con el otro o los otros y nos quedamos en la vida solo como individuos. Nos convencemos de lo que vemos, creamos a partir de ello y nos dejamos de dar oportunidades.
Y un día, en donde el sol acaricia y no lastima; el viento sopla pero no golpea, volvemos a hacer contacto y nos damos a nosotros mismos una nueva oportunidad. La oportunidad de perdonarnos, de creer, de escucharnos y de seguir el camino sin una mochila que solo estorba y nos impide crecer.
El día que volvemos a mirarnos a los ojos, nos abrazamos de nuevo a ser posibilidad.
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