Tampoco su carita de bueno y hombre de campo que los hace nobles. No es casual que se hayan encontrado en sus vidas y formaran parte de la mía seguramente.
Mi infancia tiene más color si pienso en ustedes y todo lo que me dieron.
Juegos, mimos, retos en las siestas, mates en la vereda, historias, abrazos hermosos.
No tengo un solo párrafo que opaque el capitulo de ustedes en mi vida...
Él se fue un verano dejando esas ganas de más, cuentos, asados, bicicletas y ocurrencias. Barbarita, me decía y solo a el se lo escuchaba decir. Le hacia saber a todos que sus nietos habían llegado y yo sentía que era una princesa de quien se anunciaba su arribo y siempre voy a recordarlo así.
Cada paso que doy siento ganas de que pudieras verme dándolo, disfrutando conmigo la alegría, dandome con tus manotas una caricia más.
Ella ayer se fue a su encuentro, hizo las valijas ya cansada pero sabiendo todo lo que dio. No dejo de sentir agradecimiento, Abu, si te pienso, sentadas las dos en la entrada, con el mate, las sillas plegables y contando las historias familiares que armaron parte de mi rompecabezas llamado historia. Me diste la mano para conocer de donde venimos, las coordenadas del origen en más de una oportunidad. Demostraste que la sangre no determina, que las elecciones nos hacen familia y nos amaste, y solo puedo decir GRACIAS y desearte un feliz descanso en donde sea que eso ocurra y como.
Hoy puede ser un momento agridulce porque se que no vas a estar en el patio con el mate listo para esperarme en tu casa la próxima vez que vaya a Colon, pero se que cuando nos encontremos una vez más, ese encuentro con las sillas plegables sera eterno.
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