Existe ese momento del día en que hacemos a un lado el cansancio y las cosas que daban vueltas comienzan a hacerse un lugar en nuestros pensamientos.
Puede ser antes de irnos a dormir, al quitarnos los zapatos cuando llegamos de nuestra jornada, en la ducha cuando el agua comienza a correr por nuestro cuerpo. No es importante si estamos solos o acompañados, ese momento existe y es necesario que sea asi.
Esta es la oportunidad que nos damos de conectarnos con nosotros mismos, le damos lugar a las emociones y estas fluyen sin pedir permiso para sentirnos humanos, vivos…
Hay quienes buscan esconderse cargando su tiempo de cosas por hacer, intentando evadir lo inevitable y escapándose del momento en que las cosas preguntan: por que, para que, quien, como, donde y cuando.
Pero todo llega, y esto también y es en ese momento que si no nos resistimos podemos conectarnos con nuestros deseos y llegar al camino de aquello que soñamos.
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