28/5/08

Vía Crucis

La Iglesia católica nos cuenta en su historia que Jesús cargó su cruz durante todo el recorrido camino al monte Golgota donde fue crucificado. En el camino vivió lo que es conocido como calvario cuyo significado es “sucesión de adversidades o padecimientos”. Posterior a ese vía crucis, se encontró con la muerte clavado por una espada en su corazón y la historia cuenta que al 2 día resucitó.

Está historia la hemos escuchado y leído probablemente cientos de veces, podemos creerla o no, compartir su significado o no, pero lo cierto es que en muchas personas no solo constituye una tradición sino también una forma de vida.

Creer que la agonía es condición sine qua non en diversas situaciones, es la condena más grande que podemos darle a nuestras vidas. No siempre se hace de forma consciente, pero a veces las creencias van más allá de la conciencia misma.

Creer que en la prolongación de ciertas relaciones (amorosas, laborales, etc) vamos a obtener la resurrección de quién sabe que, no es más que un desgaste emocional innecesario. Esperar eternamente, cuando se sabe que la muerte de las mismas es cuestión de tiempo, sólo genera que perdamos tiempo siendo este un recurso escaso y un desgaste en nuestra emoción que a veces tarda mucho tiempo en recuperarse.

Para qué? Detener nuestras vidas en este tipo de situaciones. Atarnos a relaciones que no nos llevan más que a la muerte… pero de nosotros mismos. Eternizar lo que en realidad ya tiene un fin escrito. Perdurar en una relación donde ya otros o nosotros mismos hemos abandonado.

Dolor no es la apuesta para que algo mejor venga.

Apuesto a quedarnos con aquello que nos hace bien, que nos da alas para crecer. Apuesto a relaciones que suman en nuestras vidas y no aquellas que nos restan. Apuesto a evolucionar y no a destruir. Apuesto a la felicidad, en especial y por sobre todo,la mía.

5 comentarios:

German dijo...

Yo creo que este razonamiento sera perfecto,si las personas fueramos seres perfectos,si el no sufrimiento dependiera exclusivamente de cada uno de nostrso mismos,seriamos seres de otro planeta pero seguramente no de el planeta Tierra.

Gustavo Saint Martin dijo...

Dos cosas, a Cristo lo ayudaron dos veces en el camino.
El sufrimiento tiene que ver con la cultura judeocristina, es transparente para los que lo practican.
Y que los humanos no seamos perfectos no es excusa para no evolucionar.
Creo que prolongar estas relaciones no es más que falta de coherencia, de amor propio y adicción a emociones negativas.

Barbie dijo...

Germán: no se busca la perfección en este pensamiento, sino que hablamos de aquellas relaciones que nos dan solo sufrimiento y de las cuales agonía es eterna, no de aquellas en las que puede haber altos, bajos, diferencias y se busque resolver. Hablamos de aquellas en donde uno de los dos lados ya tomo una decisión verbalizada o no y el otro solo espera.

Guso: En este camino que marco también puede existir ayuda. Puedo asegurarte que el sufrimiento no guarda relación solo con los que son parte de una cultura determinada. Y si, sin duda alguna, comparto con vos que esto solo representa una adicción a las emociones negativas y a la falta de amor propio.

Gauchita Pero No Gil dijo...

Barbie coincido absolutamente con vos!!! Hace un tiempo que creo que no hace falta sufrir en las relaciones!!

Lorena Frost dijo...

Bueno, coimo hacer falta no hace falta. Creo que el sufrimiento es inevitable. Y existe porque conocemos el placer, entonces podemos asegurar que para todo hay un opuesto imposible de evitar. A la corta o a la larga, se sufre, aún de amor.