Platos rotos...

Estaba pronta a cenar en casa de mi amiga Pato y en la mesa había morrones en aceite y ajo, especialidad de mamá Graciela.
Una vez en un cumpleaños los comí y acto seguido me encontré abrazando al Sr. Inodoro como si fuera el amante perfecto, durante más de una hora. Supuse siempre que en esa oportunidad no fueron los morrones quienes causaron esa situación sino que fue la sumatoria de cosas ingeridas las que provocaron ese resultado, pero así y todo, anoche los mire con dudas "como o no como?".
No los comí, por las dudas.

Suele suceder que ante sucesos de este estilo le tomemos idea a esos alimentos y no los volvamos a probar "just in case", no vaya a ser cosa que nos vuelva a suceder que nos sintamos como en esa oportunidad que tan miserable momento nos hizo vivir.

Algo así también sucede en las relaciones, no solo de pareja, en las relaciones en general, pero (y a veces los peros son buenos) hay una diferencia que es importante.

Cuando vivimos experiencias tristes, dolorosas, que nos paralizan, o poco gratas, a lo largo del tiempo sucede como con “los morrones”, cuando vamos a probar algo, vivir algo, que se le asemeja, lo que no significa que necesariamente sea igual, nos decimos “como o no?”, “me arriesgo a comerlos y ver que onda?”, “venzo el miedo de que me vuelva a suceder?”…

En las relaciones gracias a dios uno se arriesga mucho más que con las comidas, o ese es mi caso. Me doy nuevas oportunidades y que no necesariamente suceda lo mismo, aunque un dejo de temor suceda.

Platos rotos le dicen, cuando el temor aparece y planteamos el mismo con el solo objeto de al hacerlo visible poder trabajarlo.

Pagar platos rotos, cuando el miedo de volver de alguna manera al Sr. Inodoro no nos da plena libertad.

Pero me pregunto,

Que es realmente pagar platos rotos? No es cuando reclamamos creyendo estar en la situación que nos genero el miedo y no cuando compartimos el mismo solo para superarlo?

No es común que en las experiencias de vida estas cosas sucedan, aunque uno diga “borrón y cuenta nueva”?

No quiero cobrar ningún plato roto, no le cobro a nadie lo que no adeuda, puede ser que el miedo me pueda traicionar y lo comparta, pero esta vez elijo “comer los morrones” porque se que no me van a caer mal…